El Timbas tahúr del Misisipí

Hoy quiero hablar de un personaje como nunca jamás he conocido a otro: José Yelo Templado, El Timbas (Tahúr del Misisipí), mi maestro… mi amigo…

El Timbas

Junto a él maduré como mago, como actor, como persona…

Podemos estar meses sin vernos pero al estrechar nuestras manos es como si nos hubiéramos visto justo ayer.

El Timbas es discreto, apuesto, educado, como salido de una película. No pasa desapercibido.

Es un Tahúr del Misisipí vestido con chaqueta, chalina y puños con chorreras, de esos que hicieron del tapete verde la más bella de las profesiones, tahúr… pero caballero.

Tahúr de profesión y trotamundos de vocación

El juego ha sido su única profesión, afición y ocupación.

Dedicando su vida al estudio de la baraja y la trampa en su principio.

Aún así ganador al póker… por derecho!

El Timbas ha recorrido medio mundo rodando de casino en casino, de garito en garito, de timba en timba.

A veces ganándose las habichuelas y otras muchas más el caviar, las ostras y el vino espumoso por esas timbas de pókerclandestinas.

Esas que conservan la belleza esquiva de lo canalla, como en un viaje retador al fondo de la ciudad, los bajos fondos, como dirían nuestras mamás y abuelitas con cara de susto.

El Timbas, heredero de Doc Holliday

Es el heredero directo del espíritu de Doc Holliday (1851-1887): Ese dentista y aristócrata georgiano que quedó en la ruina al ganar los yanquis.

Su vida se llevó al cine en “Duelo de Titanes” y en “Tombstone”.

Una tuberculosis le retiro de su profesión, convirtiéndose en jugador de ventaja y pistolero en aquellas timbas de los infiernos.

Siendo consciente que moriría pronto nunca eludió un desafío con una frialdad que jamás desencajaba.

Se hizo famoso por su participación en el tiroteo en el O.K. Corral en Tombstone, Arizona, en 1881.

En el año 1.883 Doc Holliday murió de tuberculosis en la cama, sin que ninguna bala perdida hubiera hecho blanco en él. Sólo perdió esta partida… incluso antes de repartir cartas.

J. J. Yelo Templado «El Timbas»

A Timbas en uno de sus cumpleaños, le sorprendí regalándole el “auténtico revolver” de Doc Holliday (tal vez no fuera así pero así es como tendría que haber sido).

De El Timbas he aprendido muchas técnicas: la vieja Haymow, mezclar las cartas, repartir cuatro reyes y servirme cuatro ases, pero eso lo contaré en mi próximo post.

Mi gratitud amigo Timbas.

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